Ya sea por Zoom, Meet o Teams, el exceso de videollamadas nos está agotando la energía. Y no se trata sólo de reuniones virtuales de trabajo, sino también de cumpleaños y reuniones sociales de otro tipo. ¿Qué podemos hacer para reducir la fatiga provocada por las videollamadas?
Desde que se desató la pandemia del coronavirus, estamos en Zoom todo el tiempo. Fue la forma que la tecnología nos entregó para mantenernos conectados y poder seguir con nuestras vidas, aunque sea de forma online. El problema es que muchas personas lo encuentran agotador. ¿Qué es exactamente lo que nos está cansando?
Un estudio realizado en febrero de 2021 por investigadores de la Universidad de Stanford plantea que el alza de la carga cognitiva y la necesidad de interpretar señales de forma constante, la permanente autoevaluación, sentirse constantemente observado y la movilidad reducida podrían explicar esta situación.
Según manifiesta Marisa Shuffler, profesora de la Universidad de Clemson, estar en una videollamada requiere más atención que una conversación cara a cara. Debemos trabajar más duro para procesar señales no verbales así como las expresiones faciales, el tono de la voz y lenguaje corporal. Prestar más atención a todo esto consume más energía.
Nuestras mentes se están comunicando, pero no así nuestros cuerpos. Y es esta disonancia la que provoca que las personas tengan sentimientos encontrados, evitando que se puedan relajar.
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Actualmente, muchas personas eligen conectarse a reuniones virtuales con las cámaras apagadas, pero cuando tienen la cámara prendida sienten que todos los están mirando entonces surge la presión social y la sensación de que se necesita interpretar un rol, lo cual puede ser muy estresante. Además, es muy difícil para las personas no mirar su propio rostro o no estar conscientes todo el tiempo de cómo se comportan frente a la cámara.
Toda esta sensación de fatiga por las videollamadas se suman al estrés de estar encerrados y de sentir incertidumbre frente al futuro.
Otro de los factores disonantes es que todos nuestras relaciones sociales están ocurriendo a través de la pantalla lo cual aumenta los sentimientos negativos hacia Zoom o Meet. Es como ir a un bar y hablar con tus colegas, tus amigos, tu pareja, tu familia, todos en el mismo lugar.
Además existe la percepción de que debemos rendir todo el tiempo para así asegurar nuestros trabajos.
Si la exposición a largas horas de videollamadas provoca fatiga mental, eso va a tener efectos en las personas y finalmente también en los resultados de las empresas. Es importante recopilar feedback de cómo se sienten tus colaboradores.
Y tú, ¿sientes que las videollamadas están drenando tu energía en el trabajo?
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